12.1. LA CULTURA EN EL JARDÍN (apuntes)


 
Complementando las clases sobre el espacio en los jardines en diferentes épocas y culturas os dejo más datos para situarse y fijar ideas.

INTRODUCCIÓN:

El jardín siempre es algo vivo, representa la vida y, por tanto un mundo espiritual cargado de poética. 
Los jardines son espacio que se crea desde la comprensión de su "GENIUS LOCI".
Los diseñadores de interiores están, deben estar, estáis, más que preparados para proyectar esos espacios que componen un jardín, siempre con la ayuda del botánico, agrónomo, biólogo o experto en plantas correspondiente.

Porque la idea de proyecto que se entiende en diseño y arquitectura necesita de la unidad, del hilo conductor para que tenga cierto soporte intelectual manifestado y expresado en una composición espacial, en este caso a base de vegetación, sobre todo, con sus circulaciones, recorridos, 'estancias', caminos, mobiliario y su arquitectura más o menos ligera o contemplativa.



El origen del jardín está en el huerto que cultiva la tierra y tiene sus símbolos sacralizados que se han ido utilizando en las composiciones de los jardines de manera más o menos continua o clara a lo largo de la Historia; la necesidad de agua; el cerco que lo segrega del mundo para convertirlo en otro mundo aparte; el árbol como unión de las tinieblas y el cielo, elemento mítico que es común a toda religión y cultura, un pilar sagrado que nos eleva a los dioses.

No existen restos y vestigios de jardines de la antigüedad, las fuentes de conocimiento están en textos tanto literarios como administrativos o en representaciónes pictóricas o en cerámicas y esculturas.

El origen del jardín concebido como tal parece estar en oriente y en las culturas desarrolladas alrededor del Creciente Fértil (la zona comprendida entre los ríos Eúfrates y Tigris, y también alrededor del Indo y el Nilo de Egipto).

 MESOPOTAMIA, siglo VIII A..C.:

Una de las primeras zonas donde se detecta que el ser humano empieza a ser sedentario y abandona el nomadismo y, de este modo, a cultivar y practicar la agricultura en áreas inundadas por las crecidas de esos grandes ríos.

El código de Hammurabi regulaba las aguas y la producción agrícola.
los jardínes mesopotámicos se dan en fuertes recintos geométricos, segregados del mundo exterior.

La arquitectura sirve de apoyo y soporte a la vegetación en entablamientos y cornisas huecos rellenados de tierra vegetal. Las columnatas sostienen el entablamiento y la vegetación asoma por ellas, evocan bosques de palmeras.

La palmera da sombra y es árbol sagrado. Los grupos de palmeras representan los oasis, el Edén. Se le reconocen formas sexuadas y se representan así, como invocación de la fecundación. La vegetación se hace piedra, se esculpe en decoración.



BABILONIA

Babilonia es una ciudad amurallada de modo triple en cuyas murallas  se plantaban árboles. El Eúfrates recorría la ciudad del que salían canales para el riego. A su vez las calles iban perpendiculares al río. Los jardines del Palacio Imperial eran grandes espacios aislados en sus diferentes patios.

El rey Salomón tenía jardines con todas las especies conocidas. 
Nabuconodosor II desarrolla los Jardines Colgantes. Aterrazamientos sobre cuerpos amurallados de 40 a 45 metros de altura. Los pavimentos se hacían a base de betún y tierra vegetal para la plantación de los arbustos y árboles. Con bastante desarrollo de la técnica hidraúlica, desde un pozo subterráneo alimentado por el Eúfrates, el agua para riego se subía a base de norias y por fuerza animal y humana a las terrazas superiores y se dejaba caer por gravedad. También desarrollaron redes de desagüe.  




EGIPTO

El Nilo son las lágrimas del ser supremo que es el Sol. Osiris es el dios de la vegetación. Los canales construidos para aprovechar las crecidas del Nilo dan carta de naturaleza a todo el funcionamiento administrativo de Egipto; el damero que forman los canales se comprueba en parcelaciones, divisiones administrativas, fronterizas, geográficas y políticas de todo Egipto.

La forma de damero es la base del jardín egipcio pintado en los paramentos de las tumbas, en las que se puede ver la vida y ritos que tenían como escenario el jardín.

Es un jardín llano, acaba siendo floral todo el año. La arquitectura subordinada al jardín, condicionado por el reparto de agua.

Utilizaban sus árboles sagrados: la palmera datilera, el sicomoro (de la familia de la higuera), la persea (del aguacate), la flor de loto como flor de la vida, el papiro que representa al Nilo y su delta.

La vegetación la trasladan a la piedra, como los capiteles en flor de loto sobre sus columnas, como hileras de palmeras, evocación de lo que era un bosque sagrado, siempre asociado a los templos como el de Karnak, donde se representan todas las especies traídas a Egipto y a sus jardines botánicos.

Tenían el jardín como utilitario, para huerto, pero también para el placer y el deleite. La vid se cultivaba para alimento y vino pero se empieza a usar como elemento de sombra en emparrados.

En las excavaciones de Tell-el-Amarna se comprueba el que los jardines eran cerrados e intimistas con muros de cerramiento de protección frente a los vientos del desierto. Filas de sicomoros corrían en paralelo a los muros. Los recintos eran geométricos, cuadrados o rectangulares según la disposición de damero de los canales. Esos cuadriláteros se disponían según setos o estanques o canales, a veces concéntricos.

En los elementos que componían el damero o en el centro del jardín se podía dar un estanque rodeado de arcos y con aves que llegaba a ser navegable. Los egipcios son los primeros en ornamentar sus jardines con flores de color y aromáticas.

En tiempos de Amenofis III (s. XIV a. C.) el jardín se planta de flores en algunas zonas y ofrece ritmos de plantación que tienen en cuenta cierta valoración de la perspectiva general.

Los jardines se dan siempre junto a los templos, todos con quioscos, pabellones para refugiarse del calor, estanques con isla central y navegables...



PERSIA

1ª Imperio, Aquiménides, VI a. C.
Interrupción Helenística 
2ª Imperio, Sasánida, III a VI d. C. acabado por invasión árabe.

Clima extremo en una tierra fértil. Arquitectura de caliza roja, como el terreno sobre el que se asienta, una arquitectura geológica. 

Se sabe algo de sus jardines por testimonios del historiador y cronista griego Jenofonte (s. IV a. C.). 

El persa es un jardín místico, que representa el Paraíso, en armonía el cielo y la tierra. 

De planta basada en módulos de cuadrado, cuatripartito, con ríos o canales en los ejes del cuadrado que dividen el módulo en cuadrantes. Cada uno de los submódulos del cuadrado son representación del agua, el aire, el fuego y la tierra, los cuatro elementos fundamentales. Los canales y caminos van paralelos a los ejes dentro de un recinto cerrado. El encuentro entre ejes representa al ser humano dominador de la naturaleza. Abundan los pabellones y estanques que dan énfasis a los encuentros de ejes. Es un jardín para percibir. Las intersecciones también son ocupadas por glorietas con árboles y arquitectura columnaria o son remates de vistas y recorridos de ejes hasta un palacio.

El agua tiene fines estéticos y simbólicos. Transcurre por acequias sobreelevadas  con compuertas para controlar el riego. El agua es usada como espejo del cielo y para el riego a manta, como más tarde hicieron los árabes.

Se pone el jardín de Chahar-Bag como ejemplo de armonía entre arquitectura, vegetación y agua, incluía animales. 

El jardín del emperador Darío, en Persépolis, se hizo a base de piedra caliza, en arquitectura hipóstila y de planta geométrica ortogonal.

Las especies utilizadas eran el guindo, granado, cerezo, vid, herbáceas, guisante de olor, jazmín, la rosa, símbolo de la luz, el fuego y la fuerza. Incluía rosas amarillas.



GRECIA 

Se sabe algo de sus jardines gracias a las decoraciones en la cerámica y a los textos literarios, sobre todo de Homero (s. VIII a. C.).

Los dioses, de forma y pasiones humanas y poder divino, se relacionan con los fenómenos naturales. La Naturaleza es sagrada, mítica para los griegos. El paisaje en una civilización del Mediterráneo, con buen clima que permite hacer mucha vida al exterior, es un escenario para ubicar arquitectura bien emplazada (templos en colinas, teatros a media ladera, paredes de acantilado y bocas de gruta como telón de fondo).

Es concebido el jardín como un jardín total, utilitario también, con frutales en hileras regulares.

Los dioses cuidan de las plantas y embellecen la Naturaleza. Son simbolizados por las diferentes especies: Apolo es el laurel o la palmera; Afrodita, la rosa o el mirto; Atenea se representa por el olivo, árbol sagrado; dionisios es la hiedra, la vid o las trepadoras.

En las descripciones de Homero se habla de grutas revestidas de hiedra, de los cuatro ríos de la creación entre violetas, cipreses, rebaños de ovejas y de buhos en descripciones de clara evocación bucólica.

Un árbol puede ser un dios, es sagrado, se eleva y se rodea por un murete, ese árbol se constituye en bosque sagrado. El Témenos es un recinto aislado y dedicado a un dios, puede pasar a ser pequeño bosquete. Como recinto sagrado es de culto y protegido, al mismo sólo accede el sacerdote.

Estos conceptos se complejizan y acaban siendo un santuario, lugar de culto que se convierte en cuestión de estado.

En la época del helenismo (s. IV a. C. hasta I d. C.) en los lugares de culto y oráculos se desarrolla el urbanismo de espacios públicos con espacios columnados, pórticos, stoas, ágoras, ... espacios para la reunión y la asamblea que conforman y complejizan la articulación de los mismos, ciudades y santuarios en el bosque y el campo.  Con esa arquitectura se compatibilizaban varias actividades, gimnasio, palestra, siempre en relación con el aire libre y la Naturaleza.

En la casa griega, el núcleo central es un patio que se acaba ajardinando, siempre con un lado porticado y, al principio, rodeado y cerrado por diversas dependencias para cabar siendo porticado en todo su perímetro y más abierto. El bosque sagrado es trasladado al centro de la casa a través de las columnas que, sobre un patio pavimentado, va alternando columnas y macetas como evocación del bosque y los dioses.



ROMA

La civilización y cultura romana supone un gran hito en la Historia del jardín.



El jardín es algo propio para los romanos, ligado a la tierra heredada familiar, protegida por los lares, dioses domésticos romanos, y relacionado con el derecho romano como una de las mayores aportaciones de Roma, entre otras muchas muy importantes, a la Historia de la Civilización. La familia vive sobre el jardín, el hortus, siempre con sentido de religiosidad y propiedad.

La unión entre casa y jardín alcanza pleno contenido en Roma. Se asimilan aportaciones de otras culturas y llegan a tener creatividad propia. El hortus se integra en un peristilo que acaba siendo jardín unido a otras dependencias de la casa a través de pórticos y columnas. Los pórticos y alas de la casa acaban recibiendo el paisaje y se abren al mismo, esta relación con el paisaje volverá con el jardín barroco y su urbanismo; igualmente la importancia de la visión de la naturaleza será una cuestión tratada en el siglo XX (casa de la cascada de Wright, cementerio de Asplund en Estocolmo).

La naturaleza estará siempre presente en la casa romana, incluso pintada en las paredes. Sus temas simbólicos son los eternos de la cultura clásica y aquellos que ha ido recogiendo, rocallas, grutas, montaña y bosques sagrados. La estatuaria cobra enorme importancia: los dioses habitan en el jardín, los promontorios y árboles sagrados simbolizan el dios y la presencia del ser humano junto a él.

La arquitectura se esparce por el jardín y conforman sitios de reunión y celebración de la vida, con elementos como celosías para emparrados y sombreados. El agua pasa a ser estática desde la utilidad del riego y acabará teniendo múltiples surtidores. Las zonas de jardían y los ejes que las componen se prolongan en coordinación con las estancias y habitaciones.

Las enseñanzas recogidas en los restos y excavaciones de numerosas villas romanas así como de Villa Adriana y la Domus Aurea de Nerón son una muestra de lo que era el modo romano de entender el jardín.

JARDÍN ISLÁMICO

El pueblo árabe fue nómada por el desierto y la literatura y su religión describen una idea elogiosa del jardín como paraíso en el que se dan en abundancia todas las carestías de la dura vida del desierto. En el jardín como en otras manifestaciones artísticas incorporan enseñanzas de otras culturas y sustituyen el figurativismo por la geometría y la caligrafía en una disposición y concepto que recuerda los campamentos de jaimas en el desierto. 

Por el jardín se llega a Dios y es el oasis del paraíso promesa de Alá, este jardín será simbólico, místico y sensual. Adoptan el refinamiento y lujos de los territorios conquistados desde una visión parecida a la de la cultura sasánida. El escenario del jardín se completa con la policromía de la cerámica vidriada.

Fueron buenos y exquisitos técnicos hidraúlicos utilizando técnicas romanas tanto para lo utilitario como para lo simbólico. Se pueden rastrear influencias persas y romano-bizantinas en la disposición de pabellones, fuentes y elementos arquitectónicos que envuelven las zonas de jardín. El encuadre de auténticos vergeles de vegetación entre cuadrícula de canalillos y geometrías en pavimento y pequeñas arquitecturas que acompañan o son punto central de cruces de caminos o estanques.

Es un jardín para ser contemplado y admirar las vistas a las que se abre de modo puntual y estratégico. Suele haber vistas principales hacia el entorno más o menos lejano, panorámico, o vistas secundarias desde pabellones o el portón de entrada al pabellón central de la composición. 

La vegetación se hace más densa a medida que se acerca a puntos centrales de la composición o a pabellones de estancia ricamente decorados que miran hacia el jardín desde su interior. Todo ello en la geometría que imponen los canales y acequias.

El agua se utiliza para la impresión de amplitud espacial y vista al infinito, como espejos del cielo y del paso de las nubes como componente temporal junto al cambio de luz a lo largo del día y de las estaciones del año. Las fuentes tienen el continuo sonido del borboteo del agua contribuyendo a la idea de frescor.

El jardín islámico, y su tipo particular el hispano-árabe, suelen estar encerrados entre muros, con portón de entrada con acceso no en el eje principal y a veces en la perpendicular al mismo o de obligada desviación respecto del mismo. El sistema de riego condiciona la retícula. El eje principal lleva un curso de agua y alineaciones de árboles que pueden ser cipreses, platanos y pinos. Los ejes secundarios son paseos en perpendicular al anterior y también llevan agua. Los cuadrantes están llenos de plantaciones sobre tierras o en macetas, la vegetación se emplaza a boleo a base de mirtos, fresnos, plantas de flores, todo tipo de arbustos y árboles medianos. 

En el centro puede haber un recinto de construcción ligera, encuentro del ser humano con Alá. Los caminos, siempre rectilíneos llegan a visuales dirigidas tanto al interior como al exterior, vistas siempre buscadas y controladas. Abundan el ladrillo, la cerámica, el guijarro y el mosaico, de influencia romana.

Siempre existe una clara disposición espacial, con elementos que no pierden su individualidad, arquitectura acompañante o soporte de una vegetación estudiada para comprobar qué efecto produce la luz sobre las plantas, como la absorbe o refleja según la forma o color de la especie elegida.

En España disfrutamos de los jardines de la Alhambra y de algunos Alcázares islámicos.

EDAD MEDIA



Es la época de la hermandad del ser humano con la tierra. Se vive por y para la tierra.
En la Baja Edad Media se dan las primeras explotaciones agrícolas que conforman un paisaje como tal. En tiempos duros se necesita la fantasía para subsistir y ésta se vuelca en el jardín llegándose a la maestría artesanal del cultivo. Se escribirán tratados agrícolas y de cultvos y se llegará a un mundo del jardín muy enriquecido.

Como es natural no han llegado a nuestra época jardines medievales pero sus descripciones están en los tratados y en la literatura. De esto y de la Historia se sabe además que el contacto con oriente supuso un gran intercambio de semillas y especies que incluían alcachofa y claveles. De este modo el conocimiento de jardines y reglas orientales influyeron en la Europa occidental a través también de Bizancio.

El mundo simbólico del jardín medieval es muy denso. Los espejos y la superficie reflectante del agua son reflejo de la divinidad y del mundo (influencia musulmana). Las flores hablan, sus nombres significan conceptos. La figura del unicornio simboliza a Jesucristo. Las fuentes son la vida y la resurrección. El laberinto, que pasará a ser un elemento muy desarrollado en el Renacimiento, es la búsqueda de la Verdad (así, con mayúscula). Se utilizan animales buscando el exotismo y la rareza. Habrá autómatas, grutas y se provocarán las bromas y sorpresas en el jardín. La herencia bizantina llevará al uso de la arquitectura monumental, llegando a hacerse pabellones de cristal bajo cascadas de agua para verlas caer desde dentro del pabellón sin mojarse. Las corrientes estilísticas llegadas desde el norte de África traerán el jardín paisajista, con templos, capillas vistas de ciudad...

Los jardines privados son de reunión de amigos y para la galantería y el juego, aunque siempre se acompañen de una parcela de cultivos, el huerto. Hay que imaginarse el jardín medieval privado como un salon de juegos a cielo abierto, lleno de gente, vallado, existiendo el jardín dentro del jardín, con animales y flores. Aparece el arriate, una parcela estrecha y no muy amplia en la que se siembran plantas de adorno que solían estar junto a muros de casas y patios, es un antecedente del parterre renacentista y barroco.
Se da la plantación en altura, por ejemplo de naranjos.

Existía un equilibrio entre arquitectura y vegetación y se llevaba a cabo un mantenimiento con instrucciones escritas, podían ser geométricos o paisajistas, vergeles o huertos prácticos y, muchas veces, todo a la vez.

Los jardines aparecieron en las primeras universidades con su vertiente botánica, al igual que en monasterios y conventos, también como suministro de la botica. Las condiciones estéticas fueron adquiriendo importancia complicándose las formas y disminuyendo la importancia de la planta en sí misma. 


...Seguiremos en el jardín...




 

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